viernes, 18 de diciembre de 2009

Pintura


La decoración de la bóveda de la capilla sixtina es una de las obras cumbres de la pintura de todos los tiempos. Miguel Ángel refleja en ella un tratado sobre las formas, la luz y el color. La exaltación de la anatomía y el desnudo expresaban el papel que se daba al hombre dentro de las teorías humanistas.El proceso se inició a partir de cartones. La obra necesitó de colaboradores, aunque la intervención de Miguel Ángel fue directa y en gran parte única. La bóveda se compartimenta de una manera fingida con elementos arquitectonicos. Resultan así una serie de espacios en los que se distribuyen escenas y personajes sueltos. Las figuras se conciben como auténticas esculturas.

El artista emplea la incidencia de la luz y los contrastes, con escorzos violentos y con actitudes rebuscadas.La fuerza anátomica hace resaltar los desnudos inspirados en la escultura grecorromana.

Se representan los episodios del génesis y se acentúa el papel del hombre como centro de todos las cosas. Junto a estas escenas aparecen sibilas o profetas.Las figuras de los ignudi (desnudos masculinos), que escoltan las diferentes escenas, son creaciones con función puramente estética, que se disponen en actitudes diversas al lado de medallones con episodios del Antiguo Testamento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario